La mayoría de las personas que contraen toxoplasmosis no se dan cuenta. No hay fiebre alta, no hay sarpullido evidente, ni una tos que nos alerte. Sin embargo, esta infección causada por un parásito microscópico llamado Toxoplasma gondii puede tener consecuencias importantes en personas con el sistema inmune debilitado y, sobre todo, durante el embarazo. Por eso es fundamental saber qué es, cómo se transmite y cuándo puede representar un verdadero riesgo para la salud.
Aunque muchas veces se asocia únicamente con los gatos, lo cierto es que este parásito puede encontrarse en alimentos crudos o mal cocinados, agua contaminada o incluso en el jardín, si se manipula tierra que contenga restos del parásito. La buena noticia es que, con unas precauciones sencillas, se puede evitar la infección en la mayoría de los casos.
Tener la información clara es la mejor forma de prevenir complicaciones. Especialmente en mujeres embarazadas, personas inmunodeprimidas o quienes están en contacto habitual con animales o tierra. Vamos a ver qué síntomas produce, cómo se diagnostica y qué tratamiento existe si se confirma la infección.
¿Qué es exactamente la toxoplasmosis?
La toxoplasmosis es una infección causada por el protozoo Toxoplasma gondii. Se trata de un parásito intracelular que puede afectar a la mayoría de los animales de sangre caliente, incluidos los seres humanos. En la mayoría de las personas sanas, esta infección pasa desapercibida o se manifiesta con síntomas leves, similares a los de una gripe.
El parásito tiene un ciclo de vida complejo, pero los felinos (especialmente los gatos domésticos) son su huésped definitivo, lo que significa que en su intestino se reproducen las formas más contagiosas. Estas formas, conocidas como ooquistes, se eliminan en las heces del animal y pueden contaminar el entorno.
El ser humano puede infectarse al ingerir estos ooquistes, bien sea por contacto directo o a través de alimentos contaminados. También puede contraerse por vía congénita (de madre a hijo durante el embarazo) o, en casos excepcionales, por transfusiones o trasplantes.
Principales síntomas de la enfermedad
En la mayoría de personas con el sistema inmune sano, la toxoplasmosis no causa síntomas. En caso de aparecer, estos pueden incluir:
- Fiebre moderada.
- Malestar general.
- Inflamación de ganglios linfáticos (sobre todo en cuello y axilas).
- Dolores musculares.
- Dolor de cabeza.
En personas con inmunosupresión (por ejemplo, pacientes con VIH, en tratamiento con quimioterapia o trasplantados), la infección puede causar cuadros más graves, como:
- Afectación neurológica (encefalitis).
- Problemas respiratorios.
- Trastornos visuales si hay afectación ocular.