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Toxoplasmosis: la enfermedad que se debe prevenir durante el embarazo

jueves, 5 de junio de 2025

La mayoría de las personas que contraen toxoplasmosis no se dan cuenta. No hay fiebre alta, no hay sarpullido evidente, ni una tos que nos alerte. Sin embargo, esta infección causada por un parásito microscópico llamado Toxoplasma gondii puede tener consecuencias importantes en personas con el sistema inmune debilitado y, sobre todo, durante el embarazo. Por eso es fundamental saber qué es, cómo se transmite y cuándo puede representar un verdadero riesgo para la salud.

Aunque muchas veces se asocia únicamente con los gatos, lo cierto es que este parásito puede encontrarse en alimentos crudos o mal cocinados, agua contaminada o incluso en el jardín, si se manipula tierra que contenga restos del parásito. La buena noticia es que, con unas precauciones sencillas, se puede evitar la infección en la mayoría de los casos.

Tener la información clara es la mejor forma de prevenir complicaciones. Especialmente en mujeres embarazadas, personas inmunodeprimidas o quienes están en contacto habitual con animales o tierra. Vamos a ver qué síntomas produce, cómo se diagnostica y qué tratamiento existe si se confirma la infección.

¿Qué es exactamente la toxoplasmosis?

La toxoplasmosis es una infección causada por el protozoo Toxoplasma gondii. Se trata de un parásito intracelular que puede afectar a la mayoría de los animales de sangre caliente, incluidos los seres humanos. En la mayoría de las personas sanas, esta infección pasa desapercibida o se manifiesta con síntomas leves, similares a los de una gripe.

El parásito tiene un ciclo de vida complejo, pero los felinos (especialmente los gatos domésticos) son su huésped definitivo, lo que significa que en su intestino se reproducen las formas más contagiosas. Estas formas, conocidas como ooquistes, se eliminan en las heces del animal y pueden contaminar el entorno.

El ser humano puede infectarse al ingerir estos ooquistes, bien sea por contacto directo o a través de alimentos contaminados. También puede contraerse por vía congénita (de madre a hijo durante el embarazo) o, en casos excepcionales, por transfusiones o trasplantes.

Principales síntomas de la enfermedad

En la mayoría de personas con el sistema inmune sano, la toxoplasmosis no causa síntomas. En caso de aparecer, estos pueden incluir:

  • Fiebre moderada.
  • Malestar general.
  • Inflamación de ganglios linfáticos (sobre todo en cuello y axilas).
  • Dolores musculares.
  • Dolor de cabeza.

En personas con inmunosupresión (por ejemplo, pacientes con VIH, en tratamiento con quimioterapia o trasplantados), la infección puede causar cuadros más graves, como:

  • Afectación neurológica (encefalitis).
  • Problemas respiratorios.
  • Trastornos visuales si hay afectación ocular.

 

Toxoplasmosis en el embarazo: ¿cuándo hay riesgo?

Durante el embarazo, la toxoplasmosis puede convertirse en una preocupación importante, especialmente si la infección se produce por primera vez mientras la mujer está gestando. Aunque muchas personas contraen el parásito sin presentar síntomas, en el caso de las embarazadas, el riesgo no es tanto para ellas, sino para el bebé en desarrollo. Por eso, es fundamental conocer en qué momento del embarazo el contagio es más peligroso, cómo se puede prevenir y qué hacer si hay sospecha de infección.

¿Qué pasa si una embarazada se contagia por primera vez?

El mayor riesgo aparece cuando la madre contrae toxoplasmosis por primera vez durante el embarazo. En estos casos, el parásito puede atravesar la placenta y llegar al feto, provocando lo que se conoce como toxoplasmosis congénita. Esta forma de la enfermedad puede causar desde secuelas leves hasta alteraciones graves en el desarrollo del bebé, dependiendo del momento de la gestación en el que ocurra el contagio.

Si la madre ya había estado en contacto con el parásito antes del embarazo (es decir, si tiene anticuerpos), no hay riesgo para el bebé, ya que el cuerpo de la madre ya ha desarrollado inmunidad y no volverá a contagiarse.

¿En qué trimestre es más peligroso el contagio?

El riesgo de que el parásito llegue al feto aumenta a medida que avanza el embarazo, pero las consecuencias son más graves si la infección ocurre en los primeros meses:

  • Primer trimestre: aunque es menos probable que el parásito atraviese la placenta, si lo hace, el daño puede ser muy importante. Existe riesgo de aborto espontáneo, malformaciones o alteraciones neurológicas graves.
  • Segundo trimestre: la probabilidad de transmisión aumenta, y pueden aparecer lesiones oculares, daño cerebral o retraso del crecimiento intrauterino.
  • Tercer trimestre: la transmisión al feto es más frecuente, pero las secuelas suelen ser más leves o incluso inexistentes en el nacimiento, aunque pueden aparecer más adelante.

¿Cómo se detecta la toxoplasmosis en embarazadas?

El control prenatal incluye análisis de sangre específicos para detectar si la mujer tiene anticuerpos frente al Toxoplasma gondii. Según los resultados:

  • IgG positiva e IgM negativa: indica inmunidad por infección pasada. No hay riesgo.
  • IgG negativa e IgM negativa: no hay infección ni inmunidad. Hay que repetir los análisis periódicamente durante el embarazo para detectar una posible infección reciente.
  • IgM positiva: puede indicar una infección reciente. Se suelen hacer pruebas adicionales para confirmar la fecha del contagio.

Si se confirma una infección durante el embarazo, el tratamiento se inicia de inmediato para intentar reducir el riesgo de transmisión fetal o mitigar sus efectos si ya se ha producido.

¿Se puede tratar durante el embarazo?

Sí. Si hay sospecha o confirmación de toxoplasmosis activa en una mujer embarazada, el tratamiento debe comenzar cuanto antes. Se utilizan antibióticos específicos, como la espiramicina o la combinación de pirimetamina y sulfadiazina, dependiendo del trimestre y del estado del feto.

Además, si se detecta la transmisión al bebé mediante ecografía o análisis de líquido amniótico (amniocentesis), se intensifica el tratamiento para proteger al máximo al feto.

¿Qué precauciones puede tomar una embarazada?

Evitar el contagio es fundamental. Algunas medidas muy sencillas pero efectivas son:

  • No consumir carne cruda o poco cocinada.
  • Lavar bien frutas y verduras antes de comerlas.
  • Evitar la manipulación de excrementos de gatos, especialmente si viven en el hogar.
  • Usar guantes al trabajar con tierra o jardinería.
  • Evitar embutidos caseros o productos sin controles sanitarios.

Diagnóstico de la toxoplasmosis

El diagnóstico se basa en análisis de sangre que permiten detectar anticuerpos frente al Toxoplasma gondii. En función del tipo de anticuerpos presentes (IgM o IgG), se puede determinar si la infección es reciente, pasada o si nunca ha existido contacto con el parásito.

En casos complejos, especialmente durante el embarazo o en personas inmunodeprimidas, pueden realizarse pruebas adicionales:

  • PCR (técnica molecular para detectar ADN del parásito).
  • Análisis de líquido amniótico (si hay sospecha de infección fetal).
  • Estudios por imagen si se sospecha afectación neurológica.

Tratamiento: ¿cuándo es necesario?

En personas sanas y sin síntomas, no suele ser necesario tratamiento. El sistema inmunitario es capaz de controlar la infección y, en la mayoría de los casos, no causa complicaciones.

Sin embargo, sí se recomienda tratamiento en:

  • Personas con inmunosupresión.
  • Mujeres embarazadas con infección reciente.
  • Casos de toxoplasmosis ocular o neurológica.

El tratamiento incluye fármacos antiparasitarios como la pirimetamina y la sulfadiazina, combinados con ácido folínico para proteger las células sanas. El seguimiento debe realizarse bajo control médico especializado.

Prevención: claves para evitar el contagio

Prevenir la toxoplasmosis es posible con unas medidas muy sencillas, especialmente importantes para mujeres embarazadas y personas con inmunodepresión:

  • Evitar el consumo de carne cruda o poco hecha.
  • Lavar bien frutas y verduras antes de comerlas.
  • No beber agua no tratada o de origen desconocido.
  • Usar guantes al manipular tierra o arena (por ejemplo, en el jardín o en areneros de gatos).
  • Lavarse bien las manos después de cocinar o manipular alimentos crudos.
  • Limpiar a diario el arenero del gato, a ser posible con guantes, y evitar que el animal salga a la calle (para no infectarse).

➡️ ¿Y si tengo más dudas sobre la Toxoplasmosis?

 

Pues es muy sencillo, puedes mandarnos un correo electrónico a info@hospitallaantigua.com o bien puedes llamarnos por teléfono al teléfono 949 223 600.
Estaremos encantados de atenderte y resolver todas tus dudas.

Preguntas frecuentes sobre la toxoplasmosis

¿Puedo tener toxoplasmosis y no saberlo?

Sí. Muchas personas pasan la infección sin síntomas. Solo un análisis de sangre puede confirmar si se ha tenido contacto con el parásito.

¿Los gatos son peligrosos si estoy embarazada?

No necesariamente. El riesgo está en las heces de gatos infectados. Si el animal vive dentro de casa y no caza, es muy poco probable que esté infectado. Tomar precauciones básicas es suficiente.

¿La toxoplasmosis tiene cura?

Sí. En la mayoría de los casos, el sistema inmunitario la controla por sí solo. Cuando se necesita tratamiento, los fármacos antiparasitarios son eficaces.

¿Puedo volver a infectarme?

Es muy poco común. Una vez pasada la infección, el organismo genera inmunidad. Pero en personas inmunodeprimidas puede haber reactivación del parásito.