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Efluvio telogénico: cuando el pelo se cae más de lo normal

lunes, 22 de diciembre de 2025

Perder pelo es una de las preocupaciones estéticas y de salud que más consultas genera en el día a día. Encontrar una cantidad inusual de cabello en el cepillo, en la almohada o en el desagüe de la ducha suele disparar una alarma inmediata. Sin embargo, en la mayoría de estas situaciones, la causa no es una calvicie definitiva ni una enfermedad grave del cuero cabelludo, sino un proceso conocido como efluvio telogénico.

Esta alteración se manifiesta como una caída muy llamativa y repentina que puede reducir notablemente el volumen de la melena en pocas semanas. Aunque la imagen visual pueda resultar impactante, es fundamental mantener la calma: el efluvio telogénico es, por definición, un proceso reversible. Se trata de una señal que envía nuestro organismo para avisarnos de que ha atravesado un momento de estrés o un desajuste interno, pero la raíz del cabello permanece viva y con capacidad de recuperación.

Qué es exactamente el efluvio telogénico

Para comprender este fenómeno, debemos visualizar el ciclo de vida de nuestro cabello. Cada pelo que tenemos pasa por tres etapas: una de crecimiento activo (fase anágena), una de transición y una última de reposo y caída (fase telógena). En un cuero cabelludo sano, cerca del 90% del pelo está creciendo, mientras que el resto se prepara para caer de forma gradual y dejar paso a uno nuevo.

El efluvio telogénico ocurre cuando este ciclo se desajusta de forma brusca. Un porcentaje muy elevado de folículos pilosos —mucho mayor del habitual— decide interrumpir la fase de crecimiento y pasar simultáneamente a la fase de caída. No es que el pelo se muera, sino que se “pausa” masivamente. Lo que el paciente experimenta semanas después es el desprendimiento de todos esos cabellos que han entrado en reposo a la vez, rompiendo el equilibrio de densidad al que estamos acostumbrados.

Por qué aparece el efluvio telogénico

El efluvio telogénico funciona como un mecanismo de ahorro de energía. Ante una situación de gran demanda física o emocional, el cuerpo prioriza las funciones vitales y corta el suministro de nutrientes a procesos que considera secundarios, como el crecimiento del pelo. Es una respuesta defensiva de nuestro sistema biológico.

Existen diversos factores que pueden desencadenar este proceso. Los más comunes son las infecciones acompañadas de fiebre alta, las intervenciones quirúrgicas, los periodos de estrés psicológico intenso o los cambios hormonales importantes, como el que ocurre tras el parto o al suspender ciertos tratamientos anticonceptivos. También juegan un papel crucial las deficiencias nutricionales, especialmente la falta de hierro o zinc, y las dietas extremadamente restrictivas que provocan una pérdida de peso muy rápida.

Cómo se manifiesta la caída por efluvio telogénico

La característica más clara de este proceso es que la caída es difusa y generalizada. A diferencia de otros tipos de alopecia, aquí no aparecen calvas circulares ni zonas totalmente despobladas como las entradas o la coronilla. El paciente siente simplemente que “tiene menos pelo” en toda la cabeza por igual.

Al tacto, la melena pierde cuerpo y la coleta se nota mucho más fina. Es habitual que el desprendimiento sea más evidente durante el lavado o el peinado, lo que genera mucha inseguridad. Un detalle importante es que el cuero cabelludo mantiene un aspecto totalmente sano: no hay enrojecimiento, ni picor, ni descamación. Simplemente se observa una menor densidad capilar porque el pelo se ha desprendido antes de tiempo.

Cuánto dura el efluvio telogénico y cómo evoluciona

Una de las particularidades más desconcertantes del efluvio telogénico es su retraso temporal. La caída no suele empezar en el mismo momento del problema (el estrés o la enfermedad), sino entre dos y cuatro meses después. Este es el tiempo que tarda el cabello en completar el proceso de desprendimiento una vez que ha recibido la señal de “reposo”.

En la mayoría de los casos, el efluvio es autolimitado. La fase de caída intensa suele durar entre tres y seis meses. Una vez que el factor desencadenante se ha resuelto o corregido, los folículos vuelven gradualmente a la fase de crecimiento. Sin embargo, recuperar el volumen anterior requiere paciencia, ya que el cabello crece a un ritmo de aproximadamente un centímetro al mes y el nuevo pelo tardará un tiempo en alcanzar la longitud del resto.

Efluvio telogénico agudo y crónico: qué los diferencia

Es fundamental diferenciar estos dos escenarios para enfocar correctamente la solución. El efluvio telogénico agudo es el más frecuente y suele tener un final claro. Ocurre tras un evento puntual —como una gripe fuerte o un pico de estrés laboral— y se resuelve por sí solo en unos meses, sin necesidad de tratamientos agresivos.

Por el contrario, hablamos de efluvio telogénico crónico cuando la caída persiste de forma constante durante más de seis meses. En estos casos, la causa suele ser algo que se mantiene en el tiempo y que el paciente aún no ha identificado o corregido, como una anemia no detectada, problemas de tiroides o una situación de estrés emocional crónico. Identificar esta diferencia es clave para saber si simplemente debemos esperar a que el ciclo se normalice o si es necesario realizar un estudio médico más profundo.

Efluvio telogénico tras una enfermedad o infección

Uno de los escenarios más habituales es la caída de cabello que aparece semanas después de haber pasado una infección importante. Gripe intensa, neumonías, infecciones víricas acompañadas de fiebre alta o procesos inflamatorios relevantes pueden actuar como detonantes claros de un efluvio telogénico. El organismo, centrado en recuperarse, desvía recursos y deja en pausa funciones secundarias como el crecimiento del cabello.

Lo que suele desconcertar es el momento en el que comienza la caída. Muchas personas ya se encuentran recuperadas cuando, dos o tres meses después, notan que el pelo empieza a desprenderse en grandes cantidades. Esta desconexión temporal hace pensar que la causa es otra, cuando en realidad el efluvio es la consecuencia tardía del episodio previo.

Este tipo de efluvio suele ser autolimitado y tiene muy buen pronóstico. Una vez superada la enfermedad y normalizado el estado general, el folículo piloso retoma progresivamente su actividad y el cabello vuelve a crecer sin dejar secuelas permanentes.

Efluvio telogénico en el posparto y los cambios hormonales

El efluvio telogénico posparto es una de las formas más frecuentes y también una de las que más ansiedad genera. Durante el embarazo, los niveles elevados de estrógenos mantienen el cabello en fase de crecimiento, lo que explica que muchas mujeres noten una melena más densa y fuerte. Tras el parto, ese estímulo hormonal desaparece de forma brusca y una gran cantidad de folículos pasa simultáneamente a fase de reposo.

La caída suele comenzar entre dos y cuatro meses después del nacimiento del bebé y puede ser muy llamativa. No está relacionada con la lactancia ni con una “falta de nutrientes por dar el pecho”, como a veces se cree. Es un ajuste hormonal fisiológico que, aunque impactante, forma parte de la recuperación del organismo tras el embarazo.

En la gran mayoría de los casos, el pelo vuelve a crecer de forma espontánea conforme el equilibrio hormonal se restablece. La recuperación es progresiva y puede tardar varios meses, pero no implica una pérdida definitiva de cabello ni un daño permanente del cuero cabelludo.

Cómo se diagnostica el efluvio telogénico

El diagnóstico es eminentemente clínico y se basa en la historia del paciente. El especialista analiza la relación temporal entre la caída y posibles eventos estresantes o cambios en la salud ocurridos meses atrás. A menudo se realiza una exploración física para comprobar que el patrón de caída es efectivamente difuso y que el cuero cabelludo está sano.

En el Hospital La Antigua, solemos complementar esta valoración con una analítica de sangre completa. El objetivo es descartar causas subyacentes que puedan estar alimentando la caída, prestando especial atención a los niveles de hierro (ferritina), las hormonas tiroideas y posibles déficits de vitaminas esenciales. Descartar otros tipos de alopecia es el primer paso para poder transmitir al paciente la tranquilidad de que su pelo volverá a nacer.

Tratamiento del efluvio telogénico: qué se puede hacer

No existe un tratamiento que detenga la caída de forma instantánea, porque el proceso ya está programado biológicamente cuando se detecta. El abordaje principal consiste en identificar y corregir la causa raíz. Si el origen es una falta de hierro, se pautarán suplementos; si es el estrés, se recomendarán pautas de gestión emocional.

Como apoyo, se pueden utilizar complementos nutricionales específicos que aporten biotina, aminoácidos y minerales para asegurar que el nuevo cabello que está naciendo lo haga con la mayor fuerza posible. En algunos casos, el médico puede valorar el uso de lociones estimulantes para acelerar la transición de los folículos a la fase de crecimiento. Sin embargo, la herramienta terapéutica más importante sigue siendo la paciencia y el cuidado suave del cabello para no agredirlo durante esta fase de fragilidad.

¿Se puede prevenir el efluvio telogénico?

No siempre es posible evitar un efluvio telogénico, ya que muchas de sus causas —como una infección o un evento vital inesperado— escapan a nuestro control. Sin embargo, sí se pueden adoptar medidas que ayuden a reducir su duración y a favorecer una recuperación más rápida del cabello.

Mantener una alimentación equilibrada, evitar dietas extremas, respetar los tiempos de descanso y cuidar la salud emocional contribuye a que el organismo afronte mejor los periodos de estrés. Cuando el cuerpo se encuentra en equilibrio, la respuesta capilar suele ser más corta y menos intensa.

El cabello es, en muchos sentidos, un reflejo del estado general de salud. Cuidar el conjunto del organismo es la mejor forma de facilitar que el ciclo capilar vuelva a la normalidad.

¿Cuándo consultar al especialista por caída del cabello?

En la mayoría de los casos, el efluvio telogénico se resuelve sin complicaciones y no requiere una intervención urgente. Sin embargo, conviene consultar cuando la caída se prolonga más de seis meses, cuando no se identifica un desencadenante claro o cuando el volumen capilar sigue disminuyendo sin signos de recuperación.

También es recomendable acudir al especialista si la caída se acompaña de otros síntomas generales, cambios hormonales conocidos o antecedentes médicos que puedan influir en la salud del cabello. Una valoración adecuadapermite descartar otras formas de alopecia y orientar el seguimiento de forma personalizada.

Impacto emocional de la caída del cabello

Aunque médicamente el efluvio telogénico sea un proceso reversible y no grave, no podemos ignorar la carga emocional que conlleva. El cabello está muy ligado a nuestra autoimagen y vernos perderlo de forma masiva genera sentimientos de vulnerabilidad, miedo y tristeza. Esta angustia, a menudo, crea un círculo vicioso: el estrés de ver caer el pelo empeora el estado general del organismo, lo que puede prolongar el efluvio.

Validar estos sentimientos es parte esencial del proceso de recuperación. Saber que no nos vamos a quedar sin pelo y que existe una explicación médica lógica ayuda a reducir la ansiedad. En el Hospital La Antigua creemos que un paciente bien informado es un paciente más tranquilo, y esa tranquilidad es, en sí misma, una parte fundamental para que el cuerpo recupere su equilibrio y el pelo vuelva a lucir con el volumen de siempre.

➡️ ¿Y si tengo más dudas sobre la caída del cabello o efluvio telogénico?

 

Pues es muy sencillo, puedes mandarnos un correo electrónico a info@hospitallaantigua.com o bien puedes llamarnos por teléfono al teléfono 949 223 600.
Estaremos encantados de atenderte y resolver todas tus dudas.

Preguntas frecuentes sobre el efluvio telogénico

La caída del cabello suele generar muchas dudas porque no siempre sigue un patrón claro ni responde a una única causa. Cuando el pelo se cae de forma llamativa, es normal preguntarse si es algo pasajero, si volverá a crecer o si conviene hacer algo más. Estas son algunas de las preguntas que más se repiten en consulta y que ayudan a poner en contexto el efluvio telogénico sin alarmismos innecesarios.

¿El efluvio telogénico produce calvicie?

No. El efluvio telogénico no destruye el folículo ni produce una pérdida definitiva del cabello. Es una caída masiva, pero temporal.

¿Es malo lavarse el pelo si se me está cayendo mucho?

En absoluto. Lavarse el pelo es necesario para mantener la salud del cuero cabelludo. El pelo que cae durante el lavado es cabello que ya estaba suelto; no lavarlo solo hará que el día que lo hagas se acumule una cantidad que te asuste todavía más.

¿Cuánto tiempo tarda en recuperarse el volumen total?

La caída suele frenarse en unos meses, pero recuperar la densidad total de la melena puede llevar entre 6 y 12 meses, dependiendo de la longitud del cabello.

¿Cuándo debería preocuparme de verdad?

Si la caída se acompaña de dolor en el cuero cabelludo, picor intenso, o si notas que el pelo se cae a rodales dejando parches circulares sin nada de vello, es importante acudir al especialista para descartar otros tipos de alopecia.

¿El efluvio telogénico puede coincidir con otros tipos de alopecia?

Sí. Puede coexistir con alopecia androgénica u otros problemas capilares, haciendo que la caída resulte más evidente. Por eso es importante una valoración médica completa.

¿Los suplementos capilares funcionan realmente?

Pueden ayudar cuando existe un déficit nutricional, pero no hacen milagros. Su función es apoyar la recuperación, no detener de golpe la caída.